William Adolphe Bouguereau

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domingo, 31 de marzo de 2013

AGUA FLORAL DE NEROLÍ O DE AZAHAR

Nuestra agua floral de azahar, se obtiene por destilación por vapor de las flores de naranjo de cultivo ecológico. Es un agua floral muy aromática que desde tiempo ancestral se utiliza para perfumar ligeramente pieles sensibles como la de los bebés, la ropa y las habitaciones.

Autora: Elena Arjona. Cosmetóloga de BIOVEGETALIS. 





En muchos países se la conoce como agua floral de Nerolí.

El agua floral de azahar, en árabe dialectal andalusí Azaahárque significa "flor blanca". Se utilizó con profusión en la época de Al-Andalus para perfumar la piel, el cabello, las cortinas y las alfombras. En las casas, a las visitas, se las recibía con un perfumero de cristal y alpaca, que contenía aguas florales para perfumarles las manos, como símbolo de hospitalidad. Con el avance cristiano y la persecución de las prácticas higiénicas, dejaron de practicarse estas costumbres. 



TÓNICO FACIAL

Como tónico facial está especialmente indicada para pieles grasas, puesto que actúa regulando las secreciones sebáceas. Es refrescante, tonificante y calmante.

Como tónico facial para pieles secas aporta luminosidad y elasticidad. En pieles sensibles e irritadas, descongestiona la irritación y fortalece el colágeno.

El agua floral de Azahar, por sus propiedades antioxidantes y regenerativas del colágeno, es un ingrediente perfecto para preparar cosméticos destinados a revitalizar y combatir las arrugas y la flacidez de las pieles maduras.

Es ideal para fortalecer los tejidos sensibles del contorno de los ojos.

POST-AFEITADO Y CUPEROSIS.

Por sus propiedades calmantes y vasoconstrictoras es ideal para elaborar lociones para después del afeitado. También es un ingrediente interesante en la formulación de preparados destinados a combatir la cuperosis.



*.- Así que ya saben, podéis comprarlo en la dirección que puse arriba. La entrada la leí en el blog http://biovegetalis.blogspot.com.es/2013/03/agua-floral-de-azahar-bio.html, una maravilla de blog que no os podéis perder.

sábado, 30 de marzo de 2013

UN TRATADO NAZARÍ SOBRE ALIMENTOS


Arboleas, pueblo andaluz, de la provincia de Almería, situado en el margen derecho del río Almanzora, con una población que ronda los 3.000 habitantes.
El actual centro urbano, es de origen andalusí, aunque por los restos arqueológicos encontrados, podrían haber existido asentamientos ibero-bereberes, e incluso correspondientes a la cultura de los millares.
Su época de esplendor, se sitúa en la Andalucía islámica, pasando, después de la Conquista Castellana, por un largo periodo de decadencia, como tantos otros pueblos andaluces, condenados al hambre y a la emigración por los sucesivos gobiernos de España, hasta llegar a la casi desaparición en varios momentos de su historia, debido a la multitudinaria emigración de sus hijos, a América en un primer momento, a Europa después (Francia, Alemania, etc.), y a Cataluña últimamente.
En los últimos años, los arbolenses, han viajado a su pasado de esplendor andalusí, recuperando su historia, su cultura, sus raices, sus valores tradicionales de convivencia, de respeto a la naturaleza (valores de la cultura andalusí), para desde ella cambiar la tendencia de decadencia por la de prosperidad. Hoy Arboleas es un pueblo próspero, dedicado no solo a su tarea tradicional, la agricultura, sino también al turismo y a la industria como actividades motoras de su progreso.
De este viaje a su pasado andalusí, se han traído la obra de un arbolense, que aunque desconocido para muchos, es de gran importancia para rescatar la cultura de nuestros antepasados. Me refiero a Abu Ber Abdalacis Al-Arbulí, natural de Arboleas, y que vivió en el siglo XV, en las postrimerías del reino nazarí de Granada, y a su obra “Tratado de los alimentos”.
Esta obra es un estudio de la alimentación en Al-Andalus, comprendiendo facetas tan diferentes y tan complementarias como medicina, farmacología, gastronomía, bromatología o dietética.
Pero también es un libro de historia, que nos describe los alimentos y las formas de alimentarse de los andalusíes, pudiendo obtener conclusiones referentes a nuestro pasado y a nuestra historia, a través de las siguientes reflexiones :
La base de la gastronomía andaluza, tal y como nos demuestra la obra de Al-Arbulí y de otros autores andalusíes, está en la cocina andalusí.
Si esta cultura gastronómica se ha transmitido hasta nuestros días, es por la pervivencia de los andalusíes primero y los moriscos después, invalidando las tesis de la expulsión de los moriscos y de la repoblación de Andalucía con Castellanos y Gallegos. Si la expulsión y la repoblación hubieran sido efectivas, la gastronomía andaluza no sería la que hoy es, no tendríamos el gazpacho, el salmorejo, los gurullos, y otros muchos platos más, que podemos ver en la obra de Al-Arbulí: nuestro plato típico seria el pulpo a la gallega o la sopa de ajos, degustados entre bailes de muñeiras y sonidos de gaitas.
Por su contenido, la obra de Al-Arbulí, es de una gran importancia, para valorar el grado de conocimientos y sofisticación de la sociedad andalusí, aunque hay otros datos en esta obra, que han dejado descolocados a investigadores y a traductores. Me refiero a la descripción de alimentos como alubias, habichuelas, judías o fríjoles. Nada sería extraño, de no ser porque la obra traducida, es una copia fechada en el año 1414, por lo que la obra original, sería de fecha anterior: anterior al año 1492, año del supuesto descubrimiento de América por Cristóbal Colón. Estando suficientemente investigado y demostrado que los alimentos anteriormente reseñados: alubias, habichuelas, judías o fríjoles, son de origen americano, solo nos caben dos tipos de explicaciones para la inclusión de estos alimentos en la obra de Al-Arbulí:
Existe un error de traducción, y Al-Arbulí se refiere a otros tipos de alimentos.
El descubrimiento de América por Cristóbal Colón es una farsa, pues los andalusíes tenían relaciones comerciales con América desde mucho tiempo atrás.
El traductor de la obra, experto arabista, no se implica en este dilema, pues no está seguro de que pudiera ser un error de traducción, y tampoco se atreve a sostener una tesis tan contraria al academicismo oficial y a lo políticamente correcto, por las consecuencias que podrían acarrear para él dentro del mundo académico (ya conocemos las consecuencias de las publicaciónes de tesis contrarias a las “verdades” oficiales). Este problema lo soluciona el traductor, haciendo referencia a Renaud y Colin (¿), los cuales creen que Al-Arbulí, cuando utiliza el término “Lubiya”, se refiere a otras leguminosas del género Lathyrus o Dolichos.
Pero…¿y si Al-Arbúlí quiso decir lo que dijo y está describiendo las alubias, habichuelas, judías y fríjoles llegados de América con anterioridad al viaje de Colón?. Existen más dudas sobre el descubrimiento de América por Cristóbal Colón, que sobre la exacta descripción de alimentos que hace Al-Arbulí, tal y como lo demuestran los diarios de a bordo de Colón y de los hermanos Pinzón, los escritos del padre Bartolomé de las Casas, los documentos de la “Casa de Medina Sidonia”, publicados por Luisa Isabel Alvarez de Toledo y las recientes investigaciones de universidades norteamericanas.
En cuanto a la traducción, es obra del Catedrático de Lengua Árabe de la Universidad de Granada, AMADOR DIAZ GARCIA.
Ali Manzano/Identidad Andaluza

jueves, 28 de marzo de 2013

LENGUA ANDALUZA . ¿IDIOMA, MODALIDAD LINGÜÍSTICA O DIALECTO?


De las condiciones enumeradas por Luis Villoro, para que un grupo humano sea considerado nación, todas son cumplidas con creces por Andalucía, aunque desde aquellas comunidades españolas que han sido favorecidas por la situación de colonialismo interior que ha sufrido Andalucía, se quiera convencernos de lo contrario, en base a –según ellos- la carencia de una lengua autóctona en Andalucía. Como ha demostrado el Dr. Moulines, la lengua, aunque es importante, ni define por sí misma, ni excluye a un grupo humano del reconocimiento de nación. Pero en el caso andaluz, esta afirmación de los pueblos del Norte, de una carencia de lengua propia, es completamente infundada; su fundamento está, -y a riesgo de hacerme pesado, volveré a decirlo- en mantener la situación de colonia interior, en no atribuir a los andaluces un elemento en el que ellos mismos –los pueblos del norte- se basan para reconocer el estatus de nación: la lengua. Por ello, a las diferencias lingüísticas andaluzas se les llama “dialecto”: una forma de hablar el castellano o español de un modo “peculiar”, a consecuencia de la escasa formación de los andaluces, objeto de la burla y el desprecio de los castellano-parlantes.
Decía Blas Infante, que el “genio” andaluz, solo necesitaba un período de libertad para salir a la superficie. No podía ser más certero nuestro insigne maestro. Si consultamos en la enciclopedia virtual WIKIPEDIA, “modalidad lingüística andaluza”, nos encontramos lo siguiente:
La modalidad lingüística andaluza (también llamada dialecto andaluz o simplemente andaluz) es la variedad del español que se habla en Andalucía, en el sur de España.
Aunque sufre variaciones geográficas, los hablantes de esta modalidad poseen muchas características en común, lo que unido a su elevado número hace que sea una de las variedades más importantes del idioma.
El origen de la modalidad lingüística andaluza debemos buscarlo en la época andalusí, en la cual el árabe vulgar hablado en Al-Andalus evolucionó hasta la lengua de alyamía, la hablada por los habitantes de Al-Andalus no relacionados con las élites dominantes (las cuales hablaban árabe o bereber). En la lengua de alyamía podemos ya encontrar bastantes de los rasgos hoy característicos de los andaluces. La posterior conquista castellana ocasionó que ambas hablas (la castellana y la andaluza) no divergieran sino que se encontraran, por lo cual hoy en día no suelen ser consideradas lenguas distintas. Al no provenir en su totalidad del castellano, algunos lingüistas opinan que no debe ser considerado diacrónicamente un dialecto de él; por eso el término que se considera más correcto para definir al andaluz (y el oficial según la Consejería de Educación y Ciencia de la Junta de Andalucía) es el de «modalidad lingüística andaluza», aunque no estén de acuerdo todos los eruditos en el tema.
Las características principales del andaluz son una pronunciación bastante diferente de la castellana y un repertorio de palabras autóctonas, que sumadas a las castellanas determinan una relativa riqueza léxica. Existen asimismo algunas variaciones sintácticas y morfológicas.
Dentro del andaluz distinguimos dos grandes zonas: la occidental y la oriental. La zona occidental comprende las provincias de Huelva, Sevilla, Cádiz y la parte occidental de las de Córdoba y Málaga y la zona sur de Badajoz. La zona oriental se extiende por las provincias de Jaén, Granada, Almería y la parte oriental de Córdoba y Málaga, adentrándose incluso en la provincia de Murcia, en donde se funde con el panocho.


Características principales
• Neutralización de los sonidos de "s" y "z" iniciales o intervocálicos, lo cual, según la zona, deriva en ceceo o seseo. El ceceo podemos encontrarlo en las partes más meridionales de Andalucía, incluyendo la provincia de Cádiz (excepto la capital), y sur de Sevilla, así como las franjas del sur de Huelva, Granada y Almería. El seseo es la solución adoptada por el norte de las provincias de Huelva, Málaga, Sevilla, Granada, Córdoba, Jaén y casi la totalidad de Almería. En las zonas seseantes, el sonido realizado para la "s" es ligeramente distinto al castellano: mientras que la "s" castellana es ápico-alveolar, la andaluza es predorso-dental (salvo en ciertas partes de Córdoba, donde es coronal plana).
• Transformación de "s" final de sílaba en una breve aspiración, que a menudo puede llegar a modificar la consonante siguiente; por ejemplo, lo que un castellano pronunciaría "los barcos", un andaluz diría como "loh varcoh", en donde la "b" ha sido transformada en labiodental por el efecto de la aspiración. Las "s" finales de oración o de grupo fónico no se pronuncian en la zona occidental, mientras que en la zona oriental originan una abertura extraordinaria de la vocal precedente (esto también puede ocurrir a final de palabra).
• Rechazo a la "d" intervocálica, lo cual se nota sobre todo en los participios, como "cantao", "bebío" o "partío".
• Rechazo de numerosas consonantes finales, como "comé" en lugar de "comer", "comerciá" en lugar de "comercial" o "comuniá" en lugar de "comunidad".
• Neutralización de "l" y "r" implosivas, como en "arcarde" (alcalde).
• Pronunciación aspirada de la "j" castellana en la zona occidental, sonando como "h" aspirada inglesa o alemana, sonido del que el castellano carece. Asimismo, la "f-" inicial latina que en castellano ha dado "h-" muda, en la zona occidental a menudo se conserva aspirada.
• Realización palatal del sonido castellano de "ch", llegando a sonar como la "sh" inglesa o la "sch" alemana. Sólo ocurre en la zona occidental.
• Desaparición del "de" de posesión: "casa María" en lugar de "casa de María".
• Articulación de nombres propios: "la Marta", "el Pedro", etcétera.
• Ausencia de leísmos, laísmos y loísmos en la mayor parte del territorio andaluz, salvo en las capitales, en donde la fuerte presión de la modalidad castellana está introduciendo el leísmo de persona "le saludé", en lugar de "lo saludé".
• Un gran número de palabras que se usan exclusivamente en Andalucía ("arkausí", "arresío", "ehmoresío", "arkatufa", "arkansía", "hamá", etcétera), mayoritariamente de origen árabe andalusí.
• Sustitución de "vosotros" por "ustedes" sin cambiar la forma verbal: "¿Ustedes vais al cine?" (sólo se da en la zona occidental). En el imperativo plural se da un peculiar cambio: "ustedes callarse" donde el castellano dice "vosotros callad".
Curiosidades
Como último apunte, mencionar que se han elaborado varias gramáticas del «idioma andaluz» durante la historia, para preservar su diferencia e impedir su fusión con el castellano, pero ninguna llegó a aprobarse oficialmente. La última elaborada fue durante la II República española, y fue presentada a Cortes junto con el Estatuto de Autonomía para Andalucía, pero debido al estallido de la Guerra Civil Española, no llegó a aprobarse.
Bibliografía relacionada
• Frago García, Juan Antonio, Historia de las hablas andaluzas, Ed. Arco/Libros, 1993.
• Mondéjar, José, Dialectología andaluza. Estudios, Ed. Don Quijote, 1991.
• Onieva, Juan Luis, Ortografía vocabulario para andaluces, Ed. Playor, 1985.
Esta definición de Wikipedia, aunque da una excesiva importancia al latín en el proceso de formación del andaluz, -algunos prestigiosos especialistas en el tema como el profesor Federico Corrientes no están de acuerdo- nos presenta una idea del andaluz muy diferente de la que nos llega de las instituciones y organismos oficiales, debido a la ausencia de lastre ideológico del que están impregnadas las instituciones españolas y andaluzas. Como hemos visto, el concepto que de la lengua andaluza se tiene fuera de Andalucía, empieza
a cambiar cuando se trata el tema sin los prejuicios que sobre la historia y la cultura andaluza se tienen en España… y también en Andalucía (provocados por la educación asimilista).
En la definición de ‘modalidad lingüística andaluza’ que nos ofrece la enciclopedia Wikipedia, podemos ver una notable diferencia con la idea tradicional que desde España –Real Academia de la Lengua, instituciones educativas, medios informativos y culturales, etc.- nos ha llegado, haciéndonos participes a los andaluces de esa visión de la lengua andaluza como ‘dialecto’ o español ‘mal hablado’. A pesar de la dificultad que tiene la tarea de difundir la ‘realidad andaluza’ desde criterios de objetividad histórica, algo se ha conseguido, aunque todavía nos queda un largo camino por recorrer.
Alí Manzano
Lo leí en mi blog preferido:

domingo, 17 de marzo de 2013

EL JARDÍN PERFUMADO - SOBRE CÓMO CONVERTIRSE EN UN BUEN AMANTE SEGÚN AL-NAFZAWI

El siguiente poema es un pequeño fragmento de El Jardín Perfumado, escrito aproximadamente entre el año 1410 y el 1434 por el Jeque Al-Nafzawi. Se trata de un manual al estilo del Kama Sutra, plagado de sugerencias y consejos para convertirse en un buen amante. El nombre completo del poema es El Jardín Perfumado de los Placeres Sensuales. Imaginamos que el lector sagaz no necesitará una aclaración sobre la metáfora.

Lo curioso es que a pesar de las miles de incoherencias del texto, junto con una infinidad de posiciones sólo realizables si se posee la flexibilidad de un monje shaolín, el poema conserva algunos consejos que bien pueden ser aplicados hoy en día.

Has de saber, ¡oh!, Visir (¡la misericordia de Dios sea contigo!), que si deseas experimentar una cópula agradable, que proporcione igual satisfacción y placer ambas partes, es necesario retozar con la mujer y excitarla mediante mordiscos, besos y caricias. Vuélcala sobre el lecho, unas veces sobre su espalda, otras sobre su vientre, hasta que veas que ha llegado el momento del placer. Excítala besando sus mejillas, chupando sus labios y mordisqueando sus senos.

Besa su ombligo y sus muslos y apoya una mano provocativa sobre el pubis. Muerde sus brazos y no olvides ninguna parte de su cuerpo. Tómala estrechamente hasta que ella sienta tu amor, luego suspira y entrelaza tus piernas y brazos con los suyos.

Cuando veas los labios de una mujer temblar y enrojecerse, y languidecer sus ojos y hacerse sus suspiros más profundos, sabrás que desea copular. Éste es el momento para situarse entre sus muslos y penetrarla. Si has seguido mis consejos, ambos disfrutaréis de una noche encantadora que dejará un recuerdo delicioso.

Por tanto, hombres, cuando hayáis conducido a la mujer a la condición favorable, introducid vuestro miembro, y si entonces os preocupáis por moveros de la manera adecuada, ella experimentará un placer que colmará todos sus deseos. No abandonéis todavía su pecho.

Dejad que vuestros labios vaguen por sus mejillas y vuestra espada repose en su vaina. Tratad ardientemente de excitar su sexo y así vuestro trabajo será dignamente coronado. Si gracias al favor del Todopoderoso, lográis el éxito, tened cuidado de no retirar vuestro miembro. Permitidle que permanezca y apure la copa del placer. Prestad atención y escuchad los suspiros y quejas y murmullos de la mujer, puesto que ellos atestiguarán la violencia del placer que le habéis procurado.

Alguien ha dicho: Si deseas copular, coloca a la mujer sobre el suelo, abrázala estrechamente y pon tus labios sobre los suyos. Luego apriétala, chúpala, muérdela; besa su cuello, sus senos, su vientre y sus flancos; estrújala contra ti hasta que el deseo la debilite y, al verla en este estado, introduce tu miembro. Si obras de este modo, vuestro goce será simultáneo, y ése es el secreto del placer. Pero si olvidas este plan, la mujer no satisfará su deseo ni obtendrá goce alguno.

Y cuando el cese del goce ponga fin a vuestros juegos amorosos, no os levantéis bruscamente. Retirad vuestro miembro con circunspección, y permaneced con ella yaciendo sobre vuestro costado derecho en este lecho de placer. De este modo, todo saldrá bien, y no seréis como aquellos que montan a una mujer como lo haría un mulo, sin conceder atención a los principios del arte, retirándose y alejándose tan pronto como han eyaculado. Evitad un método tan burdo, que priva a la mujer de todo placer. Para resumir, incumbe al conocedor de la cópula no omitir ninguna de mis recomendaciones, puesto que de su observancia depende la felicidad de la mujer.

No bebas agua de lluvia inmediatamente después del amor. Es aconsejable descansar después del amor y no practicar ejercicios violentos.

Si deseas repetir el acto, perfúmate con dulces aromas y luego acércate a la mujer y alcanzarás un resultado feliz.


AL-NAFZAWI

(El Jardín Perfumado.
De cómo convertirse en un buen amante, Al-Nafzawi.)


sábado, 9 de marzo de 2013

TRES GRANDES RUTAS DE AL-ANDALUS

La península Ibérica vivió uno de los momentos más privilegiados de la historia durante el periodo musulmán, dando lugar al nacimiento de una brillante civilización, en la que Andalucía se convirtió en el foco cultural de Europa y en puente entre Oriente y Occidente.
Los caminos del legado andalusí recorren senderos que antaño fueron trazados para comunicar el Reino de Granada con el resto de Al-Ándalus, ofreciendo a los viajeros rutas seguras y eficaces para recorrer los reinos de población en población con la seguridad que los ciudadanos de una civilización desarrollada necesitaba.


Fueron tres grandes rutas las que conformaban el dominio árabe en Andalucía durante los ocho siglos que duró:


 La ruta de los Almorávides y Almohades con un recorrido de 400 kilómetros aproximadamente a lo largo de dos ramales  por las provincias de Cádiz y Málaga abarcando zonas costeras de campiña y de sierras, ambos ramales confluían en Ronda. En su parte final transcurría por la Axarquía malagueña siguiendo hasta llegar a Granada.






La del Califato desde Córdoba hasta Granada que unían dos lugares irrepetibles en la historia, de un lado Córdoba que con su esplendor hizo palidecer a las demás ciudades de Occidente, al otro extremo Granada, el refinado manierismo  de toda una civilización puesta en jaque  y entre medias la continua presencia de villas amuralladas  y castillos que conformaban todo un recorrido en perpendicular para desplazarse con seguridad de un reino a otro, Sierra Morena y Sierra Nevada culminaban esta ruta.

La tercera gran ruta la Nazarí, desde Navas de Tolosa en Jaén hasta Granada, fue el eje principal del último estado hispano-musulmán en sobrevivir a la reconquista de la barbarie Ibero católica, caracterizada por la crueldad y el revanchismo con el objetivo principal de borrar todo vestigio de una civilización que colocó a través de la cultura la ciencia y el trabajo a un territorio denominado Al-Ándalus a la cabeza del mundo occidental.


Os dejo una cronología básica de la historia de Al-Andalus, importante para entender su historia:

Pinchad el link:

jueves, 7 de marzo de 2013

POETAS SEVILLANOS ANDALUSÍES : AL-MUTAMID

Si los andalusíes hubiesen compuesto cantares de gesta, su héroe indiscutible hubiese sido el rey de la taifa de Sevilla Muhammad ibn ´Abbad Al-Mutamid (1069-1090) de la familia de los abadies. Segundo hijo y sucesor de Al-Mutadid (1042-1069)

Al-Mutamid fue un notable poeta y, durante su reinado, la cultura floreció en Sevilla. La visitaron intelectuales como Ibn Hazm (994-1063), una de las figuras centrales de la cultura de Al-Andalus, además de poetas como Ibn al-Labbana de Denia , o el propio visir y poeta Abu Bakr Ibn Ammar de Silves  (1031-1086) que fue nombrado visir.  La relación de Al-Mutamid con su visir fue excelente durante los primeros años del reinado.  Se atribuye a este visir la habilidad de negociar que una expedición de Alfonso VI de Castilla  contra Sevilla acabase pacíficamente mediante la aceptación del pago de un doble tributo (1078).





Al-Mutamid, ocupa un distinguidísimo lugar entre los poetas andalusíes y por su extraño destino, y por la trágica caída en que arrastró a todos los suyos, aparece como un héroe digno de la poesía.  Fue amante y favorecedor de las letras, también poeta y autor de muchas composiciones. Sirva de ejemplo la siguiente a la ciudad de Ronda:


La perla de mis dominios, mi fortaleza te llano,
desde el punto en que mi ejercito,  a vencer
acostumbrado, con lazas y con alfanjes,
te puso al fin en mi mano. Hasta que llega
a la cumbre de la gloria peleando, mi ejercito
valeroso no se reposa en el campo. Yo soy
tu señor ahora, tu mi defensa y amparo.
Dure mi vida, y la muerte no evitaran
mis contrarios. Sus huestes cubrí de oprobio.
En ellas sembré el estrago, y de cortadas
cabezas. Hice magnífico ornato, que ciñe,
cual gargantilla. Las puertas de mi palacio.



La poesía de Al-Mutamid de Sevilla está, en gran parte, libre del lenguaje hermético para los no iniciados que emplea con profusión la poesía andalusí. La clave de su claridad se encuentra, tal vez, en un hecho extraliterario: su condición real, que le permitió servirse de la poesía y no ser el sirviente de ésta.


Su poesía no está libre de retórica, pues utiliza diversos juegos de palabras típicos de la poesía árabe: Tagnís o paranomasia, tadmín o intercalación, e incluso un acróstico, pero siempre con un refinado equilibrio. Su léxico, por otra parte, es sencillo, sin arcaísmos ni palabras rebuscadas.


Su lenguaje poético parece centrarse en la antítesis, especialmente en la contraposición luz/oscuridad, por lo que su poesía se convierte, en su primera época, en nocturna y astral: la noche iluminada por los astros es la única descripción de la naturaleza que se encuentra en sus poemas. Los otros elementos naturales (jardín, flores, animales, agua) sólo aparecen como comparaciones antropológicas. El león será el guerrero; la gacela, la mujer; el agua será metáfora de la generosidad como rocío o como nube y en sus poemas del exilio, será llanto, hiperbólicamente transformado en lluvia y océano; los pájaros serán, también en Agmat, metáforas de la libertad. La mujer será jardín perfumado, rama por su cintura y  rosa por sus mejillas, pero sobre todo astro:


La amada

¡Oh mi elegida entre todos los seres humanos!
¡Oh Estrella! ¡Oh luna!
¡Oh rama cuando camina,
oh gacela cuando mira!
¡Oh aliento del jardín, cuando
le agita la brisa de la aurora!
¡Oh dueña de una mirada lánguida,
que me encadena!
¿Cuándo me curaré? ¡Por ti daría la vista y el oído!
Tu frescor aliviaría
la oscuridad de mi corazón.

Y él mismo se describe como un astro, la luna, rodeado de los antitéticos doncellas/estrellas y caballeros/tinieblas. La oposición tinieblas/luz se convierte en tropos de los sentimientos:

La noche de tu ausencia es larga
¡Que nuestro abrazo de amor sea como el alba!



Sin el contraste de las tinieblas, Al-Mutamid no gusta demasiado del sol diurno, símbolo de la gloria:

Nuestra gloria es como el sol, en altura y brillo.


Por eso lo prefiere velado, por la luna o las nubes:

Se levantó y veló de mis ojos con su figura,
el disco solar ¡Ojala se velase igual la desgracia!
Ella sabe sin duda que es una luna.
¿Qué puede ocultar el sol sino la faz de la luna?

Cuando te lanzaste al combate, enlorigado,
velado el rostro con el almófar,
creímos que tu rostro era el sol de la mañana,
velado por una nube de ámbar.


La noche tiene otro significado para el poeta: el sueño, lleno de visiones eróticas. Sus poemas oníricos son los más sensuales, como vemos en este poema:

Amor onírico

Te he visto en sueños en mi lecho
y era como si tu brazo mullido fuese mi almohada,
era como si me abrazases y sintieses
el amor y el desvelo que yo siento,
es como si te besase los labios, la nuca,
las mejillas, y lograse mi deseo.
¡Por tu amor!, si no me visitase tu imagen
en sueños, a intervalos, no dormiría más.



El vehículo normal de su poesía es la casída y la métrica clásica árabe. En los siguientes ejemplos presentamos una antología de poemas del poeta, donde creemos que podrá observarse su calidad poética.


TRES COSAS
Tres cosas impidieron que me visitara
por miedo al espía y temor del irritado envidioso;
la luz de su frente, el tintineo de sus joyas
y el fragante ámbar que envolvía sus vestidos.
Supón que se tapa la frente con la amplia bocamanga,
y se despoja de las joyas, más ¿Qué hará con su aroma?



EL COPERO, LA COPA Y EL VINO

Apareció, exhalando aromas de sándalo,
al doblar la cintura por el esbelto talle,
¡Cuántas veces me sirvió, aquella oscura noche,
en agua cristalizada, rosas líquidas!


DESPEDIDA
Cuando nos encontramos para despedirnos, de mañanita,
ya tremolaban las banderas en el patio del alcázar;
eran acercados los corceles, redoblaban los atabales:
eran las señales de partida.
Lloramos sangre, hasta que nuestros ojos eran como heridas
al fluir aquel líquido rojo.
Y esperábamos volver a vernos a los tres días...
¿Qué habría sucedido si hubiesen sido más?



EL RELÁMPAGO

El relámpago le asustó, cuando en su mano
el relámpago del vino resplandecía.
¡Ojalá supiera cómo, si ella es el sol de la mañana,
se asusta de la luz!


CARTA

Te escribo consciente de que estás lejos de mí,
y en mi corazón, la congoja de la tristeza;
no escriben los cálamos sino mis lágrimas
que trazan un escrito de amor sobre la página de la mejilla;
si no lo impidiera la gloria, te visitaría apasionado
y a escondidas, como visita el rocío los pétalos de la rosa;
Te besaría los labios rojos bajo el velo
y te abrazaría del cinturón al collar;
¡Ausente de mi lado, estás junto a mí!
Si de mis ojos estás ausente, no de mi corazón.
¡Cumple la promesa que nos hicimos, pues yo,
tú lo sabes, cumplo mi parte!


LA AURORA LADRONA

Disfrazó la pasión que quería ocultar,
más la lengua de las lágrimas se negó a callar;
Partieron, y ocultó su dolor, más lo divulgó
el llanto de la pena, tan evidente y balbuceante;
les acompañé mientras la noche descuidaba su vestidura,
hasta que apareció ante sus ojos una señal evidente:
Me detuve allí perplejo: la mano de la aurora
me había robado las estrellas.


EL CORAZÓN
El corazón persiste y yo no cesa;
la pasión es grande y no se oculta;
las lágrimas corren como las gotas de lluvia,
el cuerpo se agosta con su color amarillo;
y esto sucede cuando la que amo, a mí está unida:
¿Qué sería, si de mí se apartase?


Parte del texto esta extraído de un brillante trabajo mas ámplio con el nombre "POESÍA ÁRABE DE AL-ANDALUS (SIGLOS X-XII) Y SU PARALELO EN EL ORIENTE" de Salah SEROUR.


miércoles, 6 de marzo de 2013

MUHAMMAD I

   Muhammad, proclamado emir el 23 de septiembre de 852, tenía ante sí un gobierno tan largo como el de su padre. Era de inteligencia despierta, altura de miras, franqueza y odio a la mentira. Pero, en cambio no tenía los escrúpulos de conciencia de su padre ni su repugnancia al derramamiento de sangre. Parece, también que era avaro, aunque otros opinan que lo que no le gustaba era derrochar.


Muhammad I de Córdoba (en árabe: محمد بن عبد الرحمن الأوسط) (Córdoba, 823 – ibídem, 886) de la dinastía Omeya de Córdoba. Fue emir independiente de al-Ándalus (852–886).

Hijo de la primera esposa de su padre llamada Al-Sifá, la que murió en los campos de Toledo donde fue enterrada, siendo muy niño Muhammad pero a la que quiso tanto que cuando sucedió a su padre eximió a los habitantes de ese lugar de los impuestos a cambio de que se dedicasen a cuidar su tumba.
Ocupó el trono a los 29 años de edad. Se dice de él que era un hombre muy culto y un excelente poeta, a pesar de que sentía un interés especial por las matemáticas... Era juicioso, de hermosas costumbres y dotado de agilidad mental. Todo el que estaba en contacto y dialogaba con él veía que tenía el don de la evidente agilidad en su percepción, sutileza intelectual, finura de inteligencia y sagacidad de opinión. De su aspecto físico se dice que era bajo y rechoncho, con la cabeza pequeña y cuellicorto, abundante barba que teñia con alheña ya que era pelirroja.
Se casó con su prima hermana Umm Salama, tal vez, para suavizar los problemas de sucesión con su tio por parte paterna. Le sucedió su hijo al-Mundir. Fue también su hijo Abd Allah I.

Murió a la edad de sesenta y cinco años el 4 de agosto del año 886 en la misma ciudad de Córdoba en el Alcazar.
Su Emirato duró treinta y cuatro años, diez meses y veinte días, dejando treinta y tres hijos y veinte hijas.

   Mantuvo buenas relaciones con los estados musulmanes de África del Norte, así como con Carlos el Calvo, con el que posiblemente, llegase a una tregua. Al monarca francés no le interesaba tener que estar pendiente de una invasión musulmana sobre la Septimania o la Marca hispánica por lo que renunció a la política agresiva de Ludovico Pío y, Muhammad paralizó, casi por completo, la actividad guerrera sobre estos territorios. Las importantes victorias que éste obtuvo sobre el rey asturiano ORDOÑO I, quizás fueron propiciadas por este entendimiento entre francos y andalusíes.


  La corte de Córdoba, aunque no abandonó la complicada etiqueta por la que se regía, no tuvo el esplendor de los tiempos de su padre. Sin embargo, Muhammad se dedicó a embellecer la ciudad y la mezquita, decorando y esculpiendo las fachadas laterales y dotándola de una especie de tribuna, desde la que el emir podía asistir a sus devociones sin ser visto por los fieles.
   Mejoró el ejército y la marina y mantuvo la riqueza de al-Andalus. Los impuestos siguieron recaudándose bien, pero hubo unos años en que la sequía y dos terribles hambrunas, ensombrecieron su reinado. Una duró desde el 865 a 868; otra, más terrible aún , desde 873 a 874. Sus devastadores efectos se extendieron por al-Andalus, el Magreb e Ifriqiya, diezmando la población. En este último año, el emir renunciará a cobrar el diezmo de las cosechas ante la desastrosa situación.


Aunque con este emir, las mujeres del harén y los eunucos no tendrán el poder que con su antecesor, los alfaquíes no dejaban de prosperar. La escuela jurídica andalusí no había de cambiar por mucho que algunos sabios, que habían vivido en Oriente, como Baqí ben Majlad, deseasen establecer nuevos sistemas de trabajo y de interpretación. Los juristas cordobeses lo consideraban al borde la herejía y las propuestas de modernización y actualización, de antemano, serían amordazadas, escapando, algunos de sus promotores del martirio gracias a la protección de Muhammad I.
   Esta actitud de los alfaquíes, siempre intransigente, parece que influyó en determinadas decisiones del emir, como el forzar la conversión al islamismo de algunos cargos importantes del gobierno que eran cristianos. Éste fue el caso de Gómez, el que participó en el concilio de Córdoba y que seguía ocupando altas funciones en la cancillería del emir. Gómez se hizo mahometano y Muhammad siguió confiando puestos como secretarías, tenedores de libros y tareas administrativas a cristianos y judíos.
   Amante de la cultura y del buen gusto, como buen Omeya que era, en su Corte se dieron cita los eruditos más afamados del momento en su correspondiente especialidad, como por ejemplo el gran alquimista y poeta Abbas ben Firnasm, el músico persa Ziryad y el gran poeta y diplomático Yahya ibn al-Hakam al-Gazal.


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