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martes, 17 de diciembre de 2013

¡OH ESPERANZA MÍA!

Cada día me río para no despreciar
Cada día me espanto de este mundo tan feo
Jean Francois Portaels
Las nubes han tomado lecciones de mis ojos
y todo lo anegan en lluvia pertinaz,
que esta noche, por tu culpa, llora conmigo
y viene a distraerme en mi insomnio.
Si las tinieblas no hubiesen de acabar
hasta que se cerraran mis párpados en el sueño,
no habría manera de llegar a ver el día,
y el desvelo aumentaría por instantes.
Los luceros, cuyo fulgor ocultan las nubes
a la mirada de los ojos humanos,
son como ese amor tuyo que encubro, delicia mía,
y que tampoco es visible más que en hipótesis.


Ibn Hazm de Qurtuba (Córdoba)


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