Dejad de prender fuego
a pergaminos y papeles,
y mostrad vuestra ciencia
para que bien se vea
quién es el que sabe.
Y es que aunque queméis el papel
nunca quemaréis lo que contiene,
puesto que en mi interior lo llevo,
viaja siempre conmigo cuando cabalgo,
conmigo duerme cuando descanso,
y en mi tumba será enterrado luego.
(Aisa Bint Ahmad)
quién es el que sabe.
Y es que aunque queméis el papel
nunca quemaréis lo que contiene,
puesto que en mi interior lo llevo,
viaja siempre conmigo cuando cabalgo,
conmigo duerme cuando descanso,
y en mi tumba será enterrado luego.
(Aisa Bint Ahmad)
No debería olvidarse que al finalizar la conquista de Granada por los Reyes Católicos se desató una feroz y sistemática destrucción del inmenso tesoro bibliográfico expoliado a los vencidos. Desde la primera quema de varios miles de manuscritos árabes ordenada por el cardenal Cisneros hasta años después de la definitiva expulsión de los moriscos, la Inquisición se empleó a fondo con esa trágica eficacia de la que el cristianismo ha dado tantas pruebas a lo largo de la historia.
Una vez más una de tantas maravillas destruidas por el egoísmo humano con fines ocultos políticos, estúpidos y/o religiosos. A ver si aprendemos de una vez la lección. La medicina moderna entre otros, estaría mucho más avanzada si no se hubieran perdido joyas como éstas.
La llegada de Cisneros a Granada cambió por completo la política, pues termina con la época de tolerancia que había existido (1492-1499) e implanta una de represión y persecución.
Esta política de Cisneros, que contravenía las Capitulaciones pactadas, llevó a la población granadina a sublevarse, pidiendo el respeto a las mismas. Cisneros aprovechó la sublevación para asaltar la Madraza y terminar con los estudios que en ella se impartían, su biblioteca fue llevada a la cercana plaza de Bib-Rambla y quemada.
"Los libros se queman para que el olvido triunfe sobre la memoria, para desarraigar a un pueblo, y cuando arden, perdemos la memoria, somos nosotros los que nos perdemos"