William Adolphe Bouguereau

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jueves, 16 de julio de 2015

LA ALHAMBRA - UN LUJO PARA LA VISTA, UN RINCÓN NAZARÍ


La última dinastía musulmana que persevera en suelo peninsular será lanazarí o nasrí, nacida de la proclamación como sultán de Muhammad Ien 1232, en la ciudad de Arjona (Jaén). Un pacto con Castilla en 1246 permitirá la permanencia pacífica de esta dinastía hasta 1492. De inmediato la nueva dinastía establece la capital en Granada, concretamente en 1237 y un año después se funda la ciudad palatina de La Alhambra, sin duda el mejor ejemplo del esplendor alcanzado por el arte nazarí. 

En éste hay que distinguir, no obstante, dos tipos de arquitectura: la funcional, propia de edificios menores y caracterizada por su mayor austeridad; y la de carácter suntuoso, con una mayor vocación ornamental o decorativa, propia de las construcciones palatinas, caracterizadas por sus revestimientos de mármol, zócalos alicatados, yesos labrados, techumbres de madera y un virtuosismo decorativo de filigrana donde se integran perfectamente motivos de lacería, ataurique y caligráficos. 


Otros elementos característicos, serían las columnitas de finísimos fustes, los capiteles delicados de mocárabes, los arcos angrelados y de mocárabes, las cúpulas de mocárabes, etc.
El Partal
En el arte nazarita, como ya había ocurrido en el de Taifas, prevalece la arquitectura civil sobre la religiosa, encontrando en el amplio complejo palacial de la Alhambra su manifestación más elocuente.

La Alhambra se construye junto al río Darro y frente al Albaicín, sobre una colina rojiza que dará nombre al conjunto, conociéndose por ello con el nombre de Al Qalat Ahmra o “Fortaleza roja”. Está constutida por una fortaleza o alcazaba que protege la ciudad desde su vértice angulado y una serie continuada de palacios cuya construcción va sucediéndose en el tiempo: primero se construye el Generalife, que no se halla dentro del recinto palacial de la Alhambra porque se encuentra fuera de su circuito defensivo y al otro lado de la muralla. Lógico si tenemos en cuenta que se concibe como una residencia de recreo que buscaba el alejamiento del espacio militar, función original del primer recinto de la Alhambra.
Algún tiempo después se construye el primer palacio dentro del recinto amurallado, El Partal, que no obstante mantiene su función de esparcimiento y recreo.

Jardines del Generalife
Estanque en los jardines del Generalife
Fuente en los jardines del Generalife
Pero será durante el S. XIV cuando la edilcia palatina de la Alhambra alcance todo su esplendor, bajo el mecenazgo precisamente de dos de sus sultanes más activos: Yusuf I, que inicia el Palacio de Comares, y Muhammad V, que completa la obra del anterior y construye el Palacio de los Leones, completando un conjunto palacial que se ha dado en llamar la Casa Real Vieja.

Palacio de Comares
El patio de los leones
Arcos en el Patio de los Leones de la Alhambra
Otra vista del Patio de los Leones
De todos ellos probablemente sea el Palacio de los Leones el más completo en el desarrollo pleno de todos los recursos arquitectónicos y ornamentales del arte nazarita. Como tal palacio musulmán sigue una estructura habitual de patio abierto central, que sirve como distribuidor de las estancias principales que se reparten entre sus cuatro lados. 

El agua conserva su protagonismo como elemento dinamizador del espacio abierto, en este caso por medio de la famosa fuente de los leones que da nombre al conjunto palacial.

Hasta no hace mucho tiempo se pensaba que el Palacio de Comares y el de los Leones tenían una funcionalidad complementaria y que si aquél asumía el papel de sede oficial del sultanato, el de los Leones serviría como residencia privada o de recreo. Pero no es así, el de los Leones es un palacio independiente, de tal modo que la intención de Muhammad V al construirlo sería la de levantar una réplica al Palacio de su padre, colocando su trono en el llamado Mirador de Lindaraja y estableciendo su despacho en la llamada Sala de las dos hermanas.

Sala de las dos hermanas
Mirador de Lindajara
Su construcción data del primer periodo del reinado del propio Muhammad V entre 1354 y 1359, porque cuando vuelve al trono en 1362, el Palacio sirve de marco a las fiestas de su nueva entronización.


El patio dispone una estructura cruciforme, con dos templetes en los lados menores que avanzan hacia el patio, de tal forma que la interrelación espacial es plena, no distinguiéndose fácilmente cuándo empieza el jardín y cuando acaba la edificación. Otra peculiaridad es que en los cuatro lados del patio se abren pórticos, a base de arquerías sobre columnas de mármol, de aspecto muy frágil. Éstas se distribuyen exentas o agrupadas en grupos de dos o de tres, lo que otorga al conjunto unos ritmos arquitectónico muy variados.


Los capiteles responden al mismo esquema ornamental que en el Palacio de Comares, siendo igualmente de dos tipos, o de ataurique, de hojas de acanto muy estilizadas, o de mocárabes. Los arcos actúan como pantallas visuales, siendo o bien igualmente de mocárabes, o festoneados.

La decoración es profusa con una clara intención de horror vacuii, de azulejos en los zócalos, y encima yeso y madera, que reproducen todo un repertorio infinito de temas epigráficos, atauriques y lacerías.

En cuanto a la fuente propiamente dicha está formada por doce leones en pie colocados circularmente, que pertenecieron a un palacio de S. XI, y que en su día quisieron rememorar la vieja fuente del antiguo Palacio de Salomón, que al parecer era muy similar. La taza superior, ya fue mandada labrar por Muhammad V en el contexto general de las obras de nuevo Palacio de Los Leones.


Alrededor del Patio se disponen como es habitual el resto de las estancias palaciegas: En el lado Norte, la Sala de las dos Hermanas; al sur la Sala de los Abencerrajes; y en los lados mayores, al oeste, la Sala de los Mocárabes, y al este la Sala de los Reyes.


Sala de los Mocárabes
Sala de los Reyes
En el lado Norte, en uno de los lados mayores del Palacio se dispone como decimos la Sala de las dos Hermanasasí llamada ya en un poema de Ibn al-Jatib fechable a mediados del S. XIV. 

No es por tanto como se pensó durante mucho tiempo, un nombre moderno que derive de la disposición en la sala de dos grandes losas de mármol, gemelas, que adornan a los lados la fuente central de la estancia. La verdadera función de la Sala de las dos Hermanas era la de Mexuar de Muhammad V. Al fondo del mismo, el Mirador de Lindaraja o de Daraxa, haría las veces de Salón del Trono, muy similar al que Yusuf I abría en el Salón del Trono de Palacio de Comares. La sala presenta planta cuadrada cubierta con una espectacular cúpula octogonal de mocárabes, apoyada sobre trompas.


En la parte sur del Palacio, se localiza la Sala de los Abencerrajes, llamada así porque en este lugar fue decapitado el Jefe de la familia del mismo nombre, por orden del sultán Muhamadd IX, que por cierto, más tarde correría la misma suerte en este mismo lugar. La habitación se utilizaba en su planta baja para organizar los festines de la época invernal, disponiéndose los comensales en las dos alcobas laterales, que están separadas de la estancia central por arcos gemelos. La parte alta de la estancia se acondicionó como vivienda privada.También esta Sala se cubre con una cúpula de mocárabes sobre trompas y tambor de planta estrellada.


Azulejos en el Patio de los Arrayanes

Azulejos de La Alhambra

Panel alicatado de La Alhambra
En uno de los lados menores del Palacio y en concreto en su parte occidental, se abre la Sala de los Mocárabes, que servía de vestíbulo de entrada y cuya cúpula de mocárabes que daba nombre a la Sala, quedó destruída por la explosión de un polvorín cercano en 1590, siendo sustituída en la época de Felipe IV por el actual techo barroco de escayola.


Finalmente, en el otro lado menor, en su parte oriental, se abre la famosa Sala de los Reyes, estancia ideada para los banquetes de verano al estar directamente abierta al patio central a modo de estancia porticada. Su planta rectangular se divide en siete tramos cuadrados y rectangulares alternativamente, divididos por arcos atajos de mocárabes. Los tramos rectangulares, más sombríos, abren al fondo unas alacenas cuadradas donde se prepararían los manjares para los festines. A su vez, los tramos cuadrados mucho más luminosos al dar paso directamente al patio, abren al fondo alcobas rectangulares para solaz de los invitados.


Presenta una curiosa decoración pintada, de influencia cristiana, al igual que puede observarse decoración mudéjar en los propios arcos atajos. Todo ello consecuencia del intenso intercambio artístico y cultural que se produce entre ambos reinos, y que es producto a su vez de la estrecha amistad que unió las personas de Pedro I de Castilla y Muhammad V.

 Escrito por Ignacio Martínez Buenaga (CREHA)    





Imágenes sacadas de: http://wsimag.com/es/


miércoles, 15 de julio de 2015

HOMOSEXUALIDAD EN AL-ANDALUS




Homosexualidad en al-Andalus.
Ahoracamiento a un homosexual en Irán.

Buenos días lectores de araboislámica, el tema que hoy nos ocupa, es decir, el tema del que me gustaría hablaros es, como habéis observado en el título “La homosexualidad en al-Andalus”.

Sin duda este título crea controversia en muchos sentidos, pero intentaré explicarlo desde un punto de vista lo más académico posible y utilizando argumentos esgrimidos por diversos autores.

En primer lugar, para hablar de homosexualidad en al-Andalus debemos tener en cuenta dos cuestiones: según algunos autores sería imposible hablar de homosexualidad antes del siglo XIX, ya que es en este siglo cuando el discurso medicalista occidental convierte la homosexualidad en un subproducto de la heterosexualidad, haciendo una distinción entre estos dos términos y situando al primero por debajo del segundo.

Pero ¿qué sucedía en los siglos anteriores al XIX? ¿No había homosexuales?

Por supuesto que los había, existían personas que practicaban la homosexualidad abiertamente, es decir, personas (más hombres que mujeres) que tenían relaciones psicoafectivas con personas de su mismo sexo, todo esto sucedía sin que la persona en cuestión tuviera que traducir su identidad sexual en homo o hetero ya que estos términos ni siquiera existían.

Para apoyar esta teoría me remito al trabajo de John Boswell, famoso historiador americano, catedrático en la prestigiosa universidad de Harvard, que escribió dos libros muy interesantes Cristianismo, tolerancia social y homosexualidad (1980) y Bodas de semejanza (1994). En este último libro, Boswell nos cuenta cómo, buscando por iglesias y monasterios antiguos, descubrió unos contratos llamados bodas de semejanza o ritos de hermanamiento. Estos contratos eran idénticos a los firmados en las bodas heterosexuales y estaban firmados por dos hombres.



Boswell asegura que tanto Papas ortodoxos como católicos estaban enterados de estas bodas entre hombres y que este sacramento se practicaba desde el S.III hasta el S.XIII. A partir de este siglo, que trajo consigo una especie de “revolución cristiana”, los mecanismos de persecución de la diversidad sexual, religiosa y racial junto con la temida inquisición se hicieron más fuertes y la mayoría de estos documentos fueron destruidos. Por supuesto, la iglesia niega todo este tema, aunque esté totalmente documentado.

Por otro lado, Boswell también encontró poesía homoerótica que se mandaban los monjes de los monasterios sin ser castigados ni perseguidos por ello.

Autores como Foucault dicen que no debemos referirnos a estos hombres como homosexuales, en el sentido moderno de la palabra, y que sería mejor hablar de prácticas homosexuales más que de hombre homosexuales. Sin embargo, autores como Boswell dicen que sí, que hay indicios para plantearse la existencia de subculturas homosexuales y se refiere concretamente a la España llamada de las tres culturas (judía, musulmana y cristiana), donde, según este historiador, se aglutinarían a las personas que practicaban preferentemente la homosexualidad en barrios.

Según los historiadores Stephen O. Murray y Hill Roscoe: la Granada zirí era el centro de cultura aristocrática y distinguida que involucraba junto al individualismo romántico una exploración intensa de todas las formas de sexualidad liberales: bi- homo- hetero. (Aspectos de la cultura judaica en la Edad Media)

Si observamos históricamente la forma de vida en la Península Iberica antes de la llegada de los musulmanes, nos encontramos con que la sexualidad en Hispania (territorio del imperio Romano) era bastante permisiva.
Era normal que los romanos de Hispania tuvieran relaciones sexuales tanto con efebos y esclavos varones como con concubinas y esclavas. Un dato a tener en cuenta de esta civilización era que el estatus de la persona tenía mucho que ver en estas incursiones o prácticas homosexuales, es decir, un romano podía penetrar a cualquier persona, independientemente de su sexo, que estuviera por debajo de su estatus social, con lo cual un hombre no podría tener sexo con un vecino pero si con un esclavo.
Con la llegada de los visigodos esto cambió.
El reino visigótico se oponía a estas conductas sexuales. La “sodomía” fue castigada con la castración y el exilio. En el S. VIII se desarrolla la civilización islámica. Hablemos de al- Andalus: un gran porcentaje de la poesía andalusí está formada por poesía homoerótica (mudakarat). Muchas veces esta poesía se mezclaba con la poesía báquica en la figura del copero o escanciador:


Obra de Morcillo


¡Cuántas noches me han servido las copas
las manos de un corzo que me compromete!
Me hacía beber de sus ojos y de su mano
Y era embriaguez sobre embriaguez, pasión sobre pasión.
Yo tomaba los besos de sus mejillas y mojaba mis labios
en su boca, ambas más dulces que la miel.

Abi-l- Husayn.

También se sabe que la práctica de la homosexualidad era cosa de reyes. Los califas omeyas Abderraman III y al- Hakem II (quien tuvo descendecia por primera vez a la edad de 46 años, con una esclava vasca que se travestía a la moda de Bagdad como si fuera un efebo), el emir Abd Allah, señor de la taifa de Granada y el rey al-Mutamid de Sevilla, por poner algunos ejemplos relevantes, escribieron poesía homoerótica.

A algunos de estos reyes como al-Mutamid se le conocen relaciones homosexuales. En la taifa sevillana gobernada por Abbad Ibn al-Mu`tadid, la poesía adquirió un nuevo grado de exquisitez, uno de los mejores poetas de su corte fue su propio hijo al-Mu`tamid. Desde bien joven le unió una amistad apasionada con otro de los grandes poetas de la época, Abu Bakr Ibn Ammar, del que fue discípulo en Silves. Desterrado por el padre a Zaragoza para evitar la perniciosa influencia sobre su hijo, Ibn Ammar escribió una qasida al rey pidiendo perdón, aunque no tuvo efecto:


Al recordar el tiempo de mi juventud, es como si se encendiese
el fuego del amor en el pecho.
Aquellas noche en que no hacía caso de la sensatez del consejo
y seguía los errores de los alocados;
condené al insomnio a los párpados somnolientos
y recogí el tormento de las tiernas ramas.

(Abenamar)

Pese a quejarse de su destino en Zaragoza, Ibn Ammar pudo dedicar sus gazales, género que dominó con maestría, a los efebos de la corte de Ibn Hud. A la muerte de al-Mu´tadid, el nuevo rey al-Mu´tamid mandó traer de nuevo a su antiguo amigo y amante, y juntos gobernaron Sevilla, como Rey y ministro. Se produce un enfrentamiento entre los dos; al- Mu´tamid escribió una qasida ridiculizando los orígenes humildes de Ibn Ammar. En la qasida con la que le respondió el poeta se burlaba de los abbadíes y le acusaba de sodomía, recordando los días en Silves:


Sha Abba y el chico del vino.


Te abrazaba la cintura tierna, bebía de la boca agua clara.
Yo me contentaba con lo permitido,
pero tú querías aquello que no lo es.
Expondré aquello que ocultas:
¡ Oh gloria de la caballería!
Defendiste las aldeas,
pero violaste a las personas.

(Abenamar)

Después de leer esto el rey se enfadó y encarcelo a Abenamar, aunque más tarde le perdonaría. Pero al enterarse de que este se vanagloriaba de su indulto, entró en cólera y lo mató con sus propias manos, no obstante ofreció un suntuoso funeral por él.

Podría hablaros largamente de toda la poesía de este tipo que ha llegado hasta nuestros días y de los autores abiertamente homosexuales como Ibn Quzman o Ibn Shuhayr, hombres de la élite andalusí que practicaban inequívocamente la homosexualidad, pero me parece más interesante hablaros de dos mujeres, ya que es más difícil encontrar relaciones lésbicas que gays.

La primera es la princesa Wallada que muchos de vosotros conoceréis por los poemas que nos han llegado de Ibn Zaydun el cual llora su ausencia en Medina Zahara, ausencia y llanto causados por uno de los motivos más antiguos: la infidelidad de Zaydun con una esclava negra de Wallada.
Pues bien, esta princesa jamás se casó. Se dice de ella que fue una de las primeras feministas. A la muerte de su padre recibió una fortuna en herencia lo que la hacía autosuficiente como para vivir una vida relativamente libre y sin ataduras masculinas. Según las crónicas, prendada de Muhya bint al-Tayyani, hija de un vendedor de higos cordobés, cuidó de su educación hasta convertirla en poetisa, ya que Wallada convertiría su corte en una escuela de paso para poetas y poetisas. Se supone una relación lésbica entre ellas, aunque no está demostrada.

Y hablando de poetisas os he de hablar de las hermanas Ziyab de Guadix, Zaynab y Hamda, a las que los autores atribuyen la autoría de los poemas que se encuentran bajo su apellido. Un día, una de las hermanas (no se sabe cuál) vió a una esclava bañándose en un río y le escribió esto:


SAFO
 


Las lágrimas revelan mis secretos en un río
donde hay tantas señales de belleza;
es un río que rodea jardines
y jardines que bordean el río;
entre las gacelas hay una humana
que posee mi alma y tiene mi corazón.
Esa es la razón que me impide dormir:
cuando suelta sus bucles sobre el rostro
parece la luna en las tinieblas de la noche;
es como si a la aurora se le hubiese muerto un hermano
y la tristeza se hubiese vestido de luto.

(Banat Ziyad de Guadix, Hamda y Zaynab)


Por supuesto, la mayoría de autores atribuyen este tipo de poema sáfico a un tópico literario invisibilizando así una posible realidad que podría servir como referente a la cultura LGTB de hoy en día.


Mi conclusión en este tema es que sin lugar a dudas hubo mucho amor homosexual en al-Andalus aunque es un tema que desgraciadamente está sin estudio de conjunto y normalmente se evita hablar de él. Personalmente me volví loca buscando poesía homoerótica para un trabajo de investigación, porque aunque -como ya he dicho antes-, supone un alto porcentaje de la poesía andalusí, habitualmente queda enmascarada en las traducciones, ya que términos que son masculinos en árabe (gacela, luna,…) en castellano son femeninos. Aparte de esto, los historiadores y arabistas más clásicos explican de maneras, a veces increíbles, este tipo de poesías y relaciones. El único grueso de poesía homoerótica que pude encontrar en la universidad de Alicante fue el capitulo homofóbico llamado “Perversión” de Claudio Sanchez- Albornoz.
Es hipócrita, desde mi punto de vista, negar una realidad homosexual en al-Andalus ya que muchos de los que la niegan y la detestan, más tarde la reafirman con frases como: “…sin la reconquista hubiera triunfado la homosexualidad tan practicada en la España mora.” (Sanchez-Albornoz)

La homosexualidad es una realidad universal y atemporal, algo natural, y tenemos la imperiosa necesidad de una nueva perspectiva de la historia que se desligue del modelo hegemónico con el fin de tener opción a una mayor diversidad de referentes o modelos humanos.




Mapa de las condenas existentes por homosexulidad a nivel mundial.



Publicado por Marisol La Roja en el maravilloso blog:


http://araboislamica.blogspot.com.es/2010/08/homosexualidad-en-al-andalus.html


sábado, 2 de mayo de 2015

BEGOÑA OLAVIDE - NOCHE MARAVILLOSA

Otra maravilla más interpretada por Begoña Olavide

Leylun 'Ayib (Noche maravillosa).


"Noche maravillosa, noche maravillosa, no hubo otra igual, desapareció el vigilante, no lo devuelva Allah.

El rostro amado, que dulce visión, luna llena, luna llena, que agitas mi tormento, sentencia pasión para el amante hasta su extinción..."







CUARTO CRECIENTE, DE J.M. CABALLERO BONALD, (Bellísimas palabras para acompañar esta melodía andalusí):



La Odalisca, de Fortuny

Cuando Aljarifa recorrió la alfombrada penumbra de aquel burdel de Chauen,
todo el lujoso azogue de su cuerpo adquirió un grado de desnudez
deslumbradoramente irracional. 

Cerca de allí se abrían las tiendas de los nómadas y una enfermiza música se iba dignificando entre las hojalatas y los vellocinos. 

La habitación olía a almoraduj y a papeles de Armenia, mientras un vaho de animales nacidos en cautividad salía del mullido sopor de las almohadas. 

Y así hasta que el tiempo se detuvo en un friso taraceado de estrellas de albayalde, entre cuyos emblemas discurría una luz acrobática parecida al letargo. 

Pero ella, la regidora del cuarto creciente, era una flor lasciva instalada en la noche.

Era la araña que copula sin dejar de bailar entre una algarabía de ajorcas y sonajas.

El esmaltado vientre vibraba en el diván como un espasmo de pandero y un mundo de sacrales lujurias sincopaba de pronto la rítmica hegemonía de los pezones. 

Canon de la hermosura, su único error había consistido en rasurarse el pubis
cuando medio entendió que descendía por línea colateral de los Abencerrajes.



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