No a la toma, no eran moros, eran andaluces.
Para mí, la toma de Granada, es una fiesta fascista y colonialista.
Se celebra en este país el 2 de Enero, pero yo quiero recordarlo un mes antes, reivindiquemos nuestra memoria histórica.
Os dejo con una reflexión, escrita en Enero de este año, por Raul Solís, que suscribo en su totalidad.
La rendición de Granada |
Para la posmodernidad, la verdad no existe. Tampoco tiene memoria, porque en la memoria está la verdad.
Los posmodernos están en contra de la memoria histórica que reclama dignidad para las víctimas del Franquismo, se amparan en la ley del 50 por ciento que dice que ”todos mataron”, aunque fueron los republicanos los que sufrieron 40 años de torturas y asesinatos mientras sus verdugos eran homenajeados con honores de Estado.
A la posmodernidad no le importa la Historia, dónde está la verdad y residen las vergüenzas. Por eso se atreven a negar el holocausto nazi o que las mujeres son víctimas del machismo que las mata, sin el menor rubor intelectual. El relativismo moral no se cuestiona lo que hiere la conciencia, nunca hay buenos ni malos y acudir a la Historia es un ejercicio intelectual demasiado anacrónico y antiguo para una ideología que rechaza la memoria por sistema.
Andalucía está enferma de posmodernidad: sin verdad, sin Historia, sin identidad y sin justicia. Los andaluces no conocen su historia, su identidad ha sido moldeada por los conquistadores hasta conseguir que las víctimas aplaudan a sus castigadores con más alborozo que los mismos conquistadores.
Lorca no es un poeta andaluz, es español; el flamenco no es cultura andaluza, es lo que se usa para exportar la cultura española; la copla andaluza es canción española; muchas construcciones andalusíes son puentes romanos; la conquista castellana y católica (son indisolubles) se ha llamado reconquista y los andaluces sólo habitan Andalucía después de que llegaran los Reyes Católicos, antes eran moros o judíos, no andaluces.
La posmodernidad es demencia senil voluntaria, no clínica, y es la causante de que los granadinos celebren cada 2 de enero la Toma de Granada, olvidando que están aplaudiendo la matanza y persecución de los granadinos de hace 500 años. Aquellos moros eran granadinos y forman parte del árbol genealógico de los actuales habitantes de Granada y Andalucía.
Ningún pueblo celebra festivamente su invasión y, mucho menos, la aniquilación de su identidad cultural. En Andalucía le ponen alfombra roja a un genocidio que la posmodernidad se niega a reconocer. Polonia fue invadida por los nazis entre septiembre y octubre de 1939. Tras la invasión vino el exterminio, la persecución de la diferencia y los asesinatos y expulsiones en masa; los polacos no celebran la invasión nazi, conmemoran la efeméride para no amputar la memoria y recordar que hubo víctimas y verdugos.
El 2 de enero de 1492, los Reyes Católicos invadieron Granada y nació el Estado español moderno (curiosa acepción de la modernidad). Tras la conquista católica, los asesinatos, expulsiones y exterminio de las diferencias religiosa y cultural fue idéntico a la represión sufrida por los polacos a manos de los nazis. Los granadinos celebran (con honores institucionales incluidos) la invasión de su cuidad a manos de quienes persiguieron a los granadinos de hace 500 años. Las víctimas vitoreando a sus verdugos. Memoria histórica a la inversa: negación de la verdadera historia para poder moldear la identidad de los conquistados.
Como andaluz, me avergüenza que se permita la exaltación de valores xenófobos, contrarios a la convivencia, y la llegada de organizaciones ultraderechistas que españolizan aniquilando la memoria colectiva de mi pueblo, que es capaz hasta de jalear a sus propios verdugos.
Fueron los granadinos quienes construyeron la Alhambra de Granada, sevillanos quienes levantaron el Alcázar de Sevilla o cordobeses quienes pusieron en pie la Mezquita de Córdoba. Porque, aunque no nos lo hayan explicado nunca en el colegio, no eran moros quienes habitaban Granada en 1492, eran granadinos, andaluces de distintas confesiones religiosas que fueron obligados a huir de un Estado que nació eliminando y persiguiendo la diversidad cultural, territorial y religiosa. Andalucía no fue reconquistada, fue conquistada. No a la Toma.
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