William Adolphe Bouguereau

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lunes, 2 de diciembre de 2013

16 DE JULIO DE 1212 - OCHOCIENTOS AÑOS DE LA OCUPACIÓN DE ANDALUCÍA Y DE RESISTENCIA POPULAR ANDALUZA

A quienes digan que en España no hay pueblos esclavizados porque un solo Estado los rige a todos ellos uniformemente, yo responderé en la crónica siguiente con la prueba de la esclavitud humillante, fuente de los tremendos dolores de Andalucía”. Blas Infante Pérez

Tapiz musulmán conservado en el Monasterio de las Huelgas Reales de Burgos. Es llamado "pendón de las Navas de Tolosa", pues fue tomado por el rey Alfonso VIII de Castilla al almohade Muhammad ben Yaqub.

El 16 de julio de 1212, tropas castellano-aragonesas, junto a cruzados franceses y centro-europeos, penetran en territorio andaluz por Despeñaperros, y se enfrentan a una coalición de ejércitos Almohades y andalusíes en el norte de Jaén, en la zona que sería denominada por ellos “las Navas de Tolosa”. El triunfo de los invasores conllevó el principio de la conquista de Andalucía, ya que el imperialismo castellano llegó para quedarse. Amparados en pretextos religiosos y de recuperación, la única intención era la ocupación de nuestra nación, para el expolio del territorio y la explotación popular.


Batalla de las Navas de Tolosa


La derrota de las tropas andaluzas significó el inicio de la etapa histórica más negra de nuestro pueblo. Los conquistadores se apropian de sus tierras, pueblos y posesiones, les esclavizan e inician con ellos el mayor genocidio conocido, puesto que fue a un tiempo físico e identitario. Un pueblo declarado extranjero en su país y perseguido en su propia patria. Cientos de miles torturados y asesinados, otros tantos forzados al exilio, el resto mantenido en una pobreza de carácter estructural, y obligados a una economía de subsistencia. También a renunciar a sus orígenes y señas de identidad, y a la asunción de las del opresor como propias. Unas estrategias semejantes a las que después les serán aplicadas a otras naciones y pueblos invadidos, como los africanos, americanos o del pacífico. Ese Imperio Español “donde no se ponía el Sol”, comenzara en julio de 1212 con el paso de Despeñaperros y la conquista de Andalucía, y no en 1492 con la llegada al Caribe y el llamado “descubrimiento de América”.


Maqamas de al-Hariri. Reunión de alfaquíes musulmanes

El 16 de julio de 1212 constituye, por tanto, una fecha determinante no sólo para las clases populares andaluzas de entonces sino para el pueblo trabajador andaluz actual. En dicho acontecimiento del siglo XIII, en sus consecuencias y desarrollos, radican las bases sobre las que se asientan las características socioeconómicas de la Andalucía del siglo XXI. Desde entonces, nuestra tierra es una nación ocupada y colonizada, primero por aquel Imperio Español del antiguo régimen, después por su heredero y continuador, el español, el imperialismo capitalista regional que adoptó la forma de los distintos estados españoles. Esas Españas que, a partir de mediados del XIX, idearon la alianza aristocrático-burguesa como justificación del mantenimiento de la opresión nacional y la explotación social de los pueblos que permanecieron bajo su control tras la pérdida de la práctica totalidad de las “colonias ultramarinas”. 

Esa continuidad en la diversidad del hecho colonial es el motivo de que, ya sea con izquierdas o derechas, monarquías o repúblicas, administraciones centralizadas o descentralizadas, nuestro pueblo haya estado siempre colocado en una situación social de alienación, política de dependencia y económica de subsidiaridad. La razón no obedece a causas propias, como el españolismo nos pretende hacer creer, sino al papel subordinado, forzado y estructural, mero proporcionador de materias primas y mano de obra barata, que nos fue adjudicado por sus élites dominantes como colonia interior de dichos estados.

Pero aquel 16 de julio de 1212 también supuso el comienzo de una resistencia que, bajo diversas formas; militares, sociales o económicas, ha permanecido hasta hoy en día. Desde las batallas a campo abierto de los primeros tiempos, pasando por los levantamientos contra el ocupante de los mal llamados moriscos, continuando por las luchas guerrilleras mantenidas por tierra y por mar, a los combates campesinos y de obreros agrícolas o industriales acontecidos hasta la actualidad, el pueblo trabajador andaluz no ha cejado en la lucha por sus derechos. Y ello ha constituido la gran derrota del españolismo. El simple hecho de que tras ochocientos años de terror de Estado y condicionamiento ideológico institucionalizados, aún persistan andaluces en pie por su tierra y su libertad, como nos pedía Blas Infante en nuestro Himno Nacional, subraya el fracaso del proyecto asimilacionista y esclavizador, así como la posibilidad futura de una Andalucía y un pueblo trabajador andaluz nuevamente libres.

La resistencia andaluza está hoy representada por todas aquellas mujeres y hombres, por todos aquellos colectivos políticos y sociales, conscientes de la opresión nacional de nuestro país y la explotación social de nuestro pueblo, y que, como consecuencia, combaten coherentemente contra España y el Capital como método para lograr una liberación global: política, social y económica de nuestra nación y de nuestro pueblo. Son todos/as aquellos/as que niegan la falsa democracia parlamentaria, la pantomima de descentralización autonómica y la explotación con anestesia del llamado “Estado del bienestar”, apostando de forma decidida y radical por recuperar la soberanía nacional y popular. Por acabar con las cadenas que mantienen esclavizado al pueblo.

Esa resistencia andaluza contemporánea, consciente igualmente de su deber para con su pueblo, requerido por el momento histórico, decidió primero coordinarse en la Mesa Andaluza de la Izquierda Soberanista (MAIS) y, con posterioridad, aunar fuerzas y esfuerzos en un frente sociopolítico unitario, capaz de hacer frente, de una forma más eficaz, a los enemigos nacionales y de clase del pueblo trabajador andaluz. Por ello, en una conmemoración tan simbólica como la de los ochocientos años de la ocupación española, en los próximos meses nuestra tierra verá el nacimiento de un movimiento que reanudará y unificara la lucha andaluza de liberación nacional y social.



¡Por Andalucía libre y socialista!


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